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Día Del Psicologo

Día del Psicologo

En Colombia, en 1947, se creó la primera carrera de psicología en la Universidad Nacional y con esta fecha se hace un homenaje especial a estos hombres y mujeres que velan por nuestros “sueños”, de manera literal, que se preocupan de nuestras angustias y que nos muestran mil posibilidad para sacar adelante nuestros proyectos, incluso nos dan las herramientas necesarias para que seamos nosotros mismos quienes forjemos nuestro destino.

Ya el Papa san Pablo VI, en la Populorum Progressio, había comentado que el ser humano es responable de su propia vocación, sin embargo a su lado siempre hay personas que pueden ayudarlko o desviarlo de ella: “(el hombre) Ayudado, y a veces estorbado, por los que lo educan y lo rodean, cada uno permanece siempre, sean los que sean los influjos que sobre él se ejercen, el artífice principal de su éxito o de su fracaso: por sólo el esfuerzo de su inteligencia y de su voluntad, cada hombre puede crecer en humanidad, valer más, ser más” (No 15).

Aquí es donde aparecen estos hombres y mujeres expertos en la ciencia de la psicología: están para hacernos ver, a cada uno, lo importante que somos y el llamado que tenemos a ser cada día más felices. Nos brindan, caminos, herramientas y hasta nos motivan, pero es cada uno quien decide a realizarse o a perderse.

El Papa Francisco, en la Evangelii Gaudium nos habla de un bello arte, el arte del acompañamiento. Este es el arte de quienes ejercen la psicología: acompañar, caminar al lado de sus hermanos. Reflexionemos en algunas de sus palabras:

Comenta el Papa Francisco que en esta civilización anónima, la Iglesia necesita la mirada cercana para contemplar, conmoverse y detenerse ante el otro, “Hay que llevar la presencia cercana de Jesús y su mirada personal (169).

Tenemos que aprender el “arte del acompañamiento” respetuosos y compasivos con el otro, pero siempre sanando, liberando y alentando a crecer en Cristo”. El acompañamiento espiritual lleva a Dios y en Él podemos alcanzar la verdadera libertad. Caminar sin Dios es ser errantes, girando en torno a uno mismo, no peregrinos (170).

El arte del acompañamiento lleva al arte de escuchar: conocer los procesos, la prudencia, la capacidad de comprensión, el arte de esperar, la docilidad al Espíritu. Lo primero es la capacidad del corazón que hace posible la proximidad de modo que se dé el encuentro espiritual. No seamos espectadores. Que las personas sean capaces de decisiones verdaderamente libres y responsables. (171).
Cuando se acompaña a alguien se entiende que cada sujeto es único, que su vida en gracia es un misterio que no podemos conocer desde fuera. Corregir y ayudar sin emitir juicios. Un buen acompañante no deja al otro en su dolor, lo motiva a que cargue su cruz, a querer curarse. Así como somos acompañados, acompañemos a otros (172).

El acompañamiento espiritual se inicia y se realiza en el servicio a la misión evangelizadora. Acompañamiento, misión y formación (173).

Valoremos la labor de la psicología y descubramos en ella una de tantas formas en que Dios nos expresa que nos ama y que somos importantes para él.

GRACIAS POR SU LABOR Y MIL FELICIDADES!!!!!!

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