El pasado 21 de abril de 2025, la Iglesia Católica despidió a su Pastor Universal. El Papa Francisco falleció a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Días después, el 26 de abril, se celebró su funeral en la Plaza de San Pedro, en una ceremonia presidida por el Colegio Cardenalicio. Más de 400 mil personas, entre ellas líderes del mundo y miles de fieles, acudieron a Roma para rendirle homenaje y dar gracias por su vida y servicio.
Concluido este tiempo de luto y oración, la Iglesia se prepara para la elección del nuevo Sucesor de Pedro. El próximo 7 de mayo comenzará el cónclave en la Capilla Sixtina, donde 135 cardenales menores de 80 años se reunirán para votar y elegir al nuevo Papa. Cabe destacar que muchos de ellos participarán por primera vez en este proceso, lo que le da a este cónclave un carácter particularmente significativo.
El Papa Francisco deja un legado profundo, especialmente por su compromiso con la misericordia, la justicia social y la renovación pastoral. Su pontificado se caracterizó por acercar a la Iglesia a los más pobres y necesitados, promoviendo una mayor inclusión a través del camino sinodal. Su invitación constante a ser una “Iglesia en salida”, que acompaña, escucha y sirve, seguirá marcando el rumbo de nuestra misión cristiana, también en el ámbito de nuestras Fuerzas Armadas y de Policía, donde muchos servidores públicos y sus familias se identificaron con su mensaje de paz, dignidad y fraternidad.
Mientras se acerca el inicio del cónclave, los cardenales ya se encuentran reunidos en congregaciones generales. En estos espacios de diálogo fraterno comparten reflexiones sobre los retos que enfrenta la Iglesia hoy y examinan los perfiles de quienes podrían asumir el ministerio. Estos encuentros son momentos claves de discernimiento, donde el Espíritu Santo es invocado constantemente para guiar esta decisión tan importante.
En este tiempo de espera y esperanza, como miembros de la comunidad católica dentro de las Fuerzas Militares y de Policía, nos unimos en oración por la Iglesia universal. Pedimos al Señor que el próximo Papa continúe con fidelidad la misión de anunciar el Evangelio y de servir con amor a los más vulnerables. Que el Espíritu Santo ilumine a los cardenales para que elijan a un pastor que siga guiando al Pueblo de Dios con sabiduría, humildad y valentía.