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Monseñor Víctor Manuel Ochoa realizó la aspersión de la ceniza en el Cantón Occidental a un grupo de uniformados y personal no uniformado de esa unidad

Monseñor Víctor Manuel Ochoa, Obispo Castrense, el Pbro. Héctor Julio Pongutá, Capellán General del Ejército Nacional y el Pbro. Gilberto Eliseo Jaramillo, párroco del Cantón Occidental, realizaron la aspersión de la ceniza a los uniformados y personal civil de la unidad.

La ceniza, como signo de humildad, le recuerda al cristiano su origen y su fin: «Dios formó al hombre con polvo de la tierra» (Gn 2,7); «hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho» (Gn 3,19).

La ceniza es un símbolo. Su función está descrita en un importante documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, más precisamente en el artículo 125 del «Directorio sobre la piedad popular y la liturgia».

Hoy con la imposición de las cenizas, iniciamos una etapa espiritual muy especial e importante para nosotros como cristianos,   nos preparamos de la forma más digna posible para vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús.

“Concédenos Señor el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida”

 

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